La edad, los cambios hormonales, el aumento de peso o las secuelas tras el parto pueden hacer que el suelo pélvico pierda elasticidad y resistencia y que, en consecuencia, se produzcan diversos problemas tanto de incontinencia urinaria como a la hora de mantener relaciones sexuales satisfactorias.
Para solucionar este tipo de patologías e incluso para prevenirlas se han diseñado accesorios de uso íntimo como son las bolas chinas y conos vaginales, que te ayudan a reforzar y reeducar el suelo pélvico mediante sencillas rutinas de ejercicios.
¿Cuándo recurrir a las bolas chinas y conos vaginales?
Estos dispositivos para uso femenino, se utilizan en los casos en los que se ha diagnosticado una incontinencia urinaria de esfuerzo, durante la preparación al parto o después de dar a luz (nunca durante el embarazo), para mejorar la calidad de las relaciones sexuales con una musculatura pélvica más tonificada o como complemento de las terapias combinadas de electroestimulación vaginal.
Diferencias entre bolas chinas y conos vaginales
Aunque ambos accesorios persiguen los mismos objetivos, no son exactamente iguales. Mientras que las bolas chinas son, como su propio nombre indica, esferas que se introducen en la vagina y que, una vez que encuentran su posición, se mueven o vibran con el propio movimiento de la persona provocando la contracción de los músculos del suelo pélvico, los conos vaginales en cambio, son dispositivos con dos cavidades huecas en las que se colocan diferentes pesos (las combinaciones pueden ser muy variadas) para ejercitar la musculatura de la zona con ejercicios de contracción y relajamiento. Al contrario que las bolas chinas, los conos tienen un tamaño más reducido y no hay vibración ni golpeo al caminar.