Si un paciente ha padecido una prostatectomía o una intervención quirúrgica en la pelvis menor, usando Erection System Manual podrá recuperar la capacidad de erección. Este dispositivo está homologado por la Unión Europea por sus potencialidades rehabilitadoras en pacientes que han sufrido una prostatectomía radical, paliando ostensiblemente los problemas de erección asociados, llegando incluso a hacer descartable la necesidad de cirugía.

Para ello, se aplica el tratamiento médico de vacío, aplicable en la totalidad de las variantes de la impotencia, y que atesora una demostrada eficacia científica en todos los casos. Erection System Manual aplica al pene una terapia de vacío que es considerada clínicamente como puntera debido a sus virtualidades demostradas médicamente en centros de referencia como la Clínica Mayo, además de constituir una técnica avalada por una ingente cantidad de estudios que demuestran sus óptimos resultados con pacientes que padecen disfunciones eréctiles.

El sistema funciona aplicando una presión contráctil en torno al pene mediante una bomba de vacío de control manual, de manera que Erection System Manual garantiza el irrigado de sangre de los cuerpos cavernosos y a consecuencia de ello la adecuada erección del miembro. Ya que la sangre de las arterias repleta de oxígeno alcanza el cuerpo cavernoso, oxigenando adecuadamente los vasos sanguíneos y propiciando el entrenamiento de la musculatura lisa, con lo que se evita que los tejidos cavernosos se transformen en tejidos no elásticos de tipo conjuntivo, que son los que provocan un aminoramiento de la extensión del miembro en erección, de su radio, así como de su capacidad de alcanzar y mantener erecciones de calidad, que permitan obtener relaciones sexuales satisfactorias.

Además, Erection System Manual se limpia con suma facilidad, ya que para su puesta a punto solo se precisa disponer de jabón y agua tibia. El dispositivo está indicado para los casos de disfunciones eréctiles motivadas por hipertensión, diabetes, problemas de corazón, problemas de próstata o cirugías de la misma, así como para los casos de impotencia derivados de trastornos neuropáticos, efectos secundarios de determinados medicamentos, problemas hormonales, alteraciones mentales (ansiedad, depresión), o disfunciones asociadas al consumo de drogas, alcohol o tabaco.