El diafragma anticonceptivo es uno de los métodos que existen para evitar embarazos indeseados. Su colocación se realiza de forma sencilla, y se basa en recubrir el cuello uterino para evitar que los espermatozoides entren en contacto con el mismo. Se trata de un objeto con forma de disco, cúpula o pequeño gorro que suele estar hecho de silicona, y que en la mayoría de los casos se recubre con espermicida para mejorar su efectividad. El diafragma anticonceptivo debe colocarse en la vagina de la mujer un mínimo de dos horas antes del coito, y en ningún caso debe mantenerse puesto más de veinticuatro horas seguidas. Debe permanecer en su sitio hasta unas seis horas después de haber practicado el acto sexual.

Se trata de uno de los anticonceptivos más económicos y seguros del mercado, además de que ofrece una alternativa al preservativo masculino. Sin embargo, y puesto que su función principal es la de bloquear el acceso al útero, la correcta colocación es un factor decisivo a la hora de asegurar su eficacia. No es incompatible con la utilización del anticonceptivo masculino, y permite la aplicación regular de espermicidas con base acuosa. Es importante evitar que entre en contacto con productos de base oleosa, ya que pueden deteriorar el tejido del diafragma.

Un mismo diafragma anticonceptivo puede tener una vida útil de hasta dos años, siempre y cuando se le someta al mantenimiento adecuado. Tras cada uso debe lavarse con agua templada y un tipo de jabón suave, para después dejar que se seque por sí mismo. Revisa periódicamente el diafragma a la luz para detectar si existen pequeños agujeros, zonas rasgadas o arrugas. Si detectas cualquiera de estos elementos, significa que el anticonceptivo ha perdido parte de su eficacia.

Por otra parte, es importante conocer que el diafragma no puede utilizarse en todas las mujeres ni en cualquier situación. Se recomienda evitar su uso en casos de alergia a la silicona, durante las primeras semanas después del embarazo o si existe una tendencia a sufrir infecciones urinarias. Si has ganado o perdido más de nueve kilos de peso desde que compraste tu diafragma actual también se recomienda obtener uno nuevo, ya que el tamaño del útero puede variar y hacer que el anticonceptivo deje de ajustarse correctamente a las paredes del mismo. Igualmente, debe interrumpirse el uso del diafragma si se producen síntomas tales como quemazón al orinar, irritación de la zona o flujo y sangrado inusuales.

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