Las mujeres pueden experimentar diversas disfunciones que provocan incomodidad y padecimiento durante el coito. El vaginismo –un espasmo involuntario de los músculos vaginales que impide la penetración- y la dispareunia, que implica desde una irritación leve hasta un dolor muy intenso, son algunas de las más frecuentes. Existen, además, otros problemas que afectan el normal desarrollo del acto sexual y surgen como consecuencia de un parto, de operaciones ginecológicas o por la aplicación de radio y quimioterapia. Los dilatadores vaginales son una excelente opción para tratar los dolores causados por todas estas situaciones, posibilitando la penetración durante las relaciones íntimas.
Se trata de unos conos de silicona médica que ayudan3 a relajar los tejidos vaginales, aportando elasticidad y eliminando las sensaciones dolorosas. De este modo, el uso de dilatadores vaginales no solo facilita la actividad sexual, sino que, además, brinda comodidad durante la exploración ginecológica y favorece el uso de tampones. Estos dispositivos se presentan en un conjunto de 5 unidades de diferentes medidas e incluyen un gel lubricante de base acuosa para beneficiar el proceso de colocación.
El tratamiento consiste en introducir suavemente en la vagina el dilatador más pequeño con el lubricante aplicado, dejándolo en el lugar entre 8 a 10 minutos. Transcurrido este tiempo, debe ser desplazado hacia adentro y hacia afuera, sin ser retirado completamente, unas 20 veces. Este ejercicio debe ser repetido 3 veces por semana durante 15 días. El proceso continúa, incorporando gradualmente los restantes dilatadores de mayor tamaño, ejecutando las mismas maniobras realizadas con el primero de ellos. Es importante lavar los dilatadores con agua tibia y jabón suave antes de utilizarlos por primera vez, como así también cuidar que estén completamente secos al guardarlos.